miércoles, 30 de noviembre de 2016

HOY ES 26 DE NOVIEMBRE

Hoy es tu cumpleaños. Felicidades, Elena. Y esta vez y en este día se nos matriculó en casa una “guarderita” que era “como el alba que anuncia la mañana en la que brillará el sol, como la tierra rebosante de fuerza y generosidad, como la lluvia que refresca al atardecer...".
Desde que terminaron las clases habíamos estado, con la que luego sería tu tutora predilecta Paquita, preparando una exposición en el Colegio de Monreal. Luego, como era la víspera del Día del Maestro, cenábamos en Calamocha con los compañeros de la zona.
Al llegar hubo humor y guiños sobre si nacerías esa noche y yo, hambrientas como llegamos, dije: “Bueno, chicos, primero cenamos y luego ya veremos”. Y vimos... Y comimos hasta el postre de profiteroles con nata, dejándonos solamente la infusión porque tuvimos que salir pitando hacia Teruel, al hospital. Hala, que para habernos dicho la vez anterior que lo mejor era llegar en ayunas… ¡nosotros íbamos bien alimentadicas!
Una vez allí, hacia la madrugada llegaste entre la emoción del papá y mía. Naciste con la luna y entre estrellas, de forma que su luz se quedó en ti para siempre, impregnando toda tu vida e irradiándola a todos los demás que tenemos la suerte de compartir el tiempo y los espacios contigo.
Los tambores anuncian
La llegada de una niña,
Teruel ciudad se alboroza
Porque un gran nacimiento
En ella se celebra.
Si la vida nos visita,
Gotas de rocío
Repletas de luz de luna
Haremos caer desde el cielo
Hasta el infinito
(Inspirado en un poema árabe del siglo XIII)
Viniste a completar aun más la felicidad familiar y desde este momento, tu hermano pasó a ser tu compañero de aventuras y fantasías en un pueblo, Monreal, donde todos tenemos media vida enamorada, cuajada de recuerdos, nostalgias y vivencias infinitas, porque la vida allí fue para nosotros la mezcla perfecta de cultura y vanguardia, de libertad y aprendizaje para entretejer lazos afectivos que todavía perduran, sobre todo los que se entrelazaron en la calle Escuelas y todas las actividades e ideas que de allí surgieron.
Era un deleite contemplar los grandes horizontes y a la vez la forma en que la luz brillaba reflejándose en la casas y en el ritmo de sus calles alejándose de la carga sensorial de una ciudad.
Cuando nos mirábamos en vosotros era como tocar las estrellas, sentir la ternura cósmica, pero como diría Labordeta, también hubo “banderas rotas”, que tuvimos que recoser como mejor supimos para que vosotros no sufrierais un trauma demasiado temprano.
Yo ya empecé con este “bicho” que no me abandona hace 22 años y tuvimos que separarnos, yo en Pamplona con el papá y vosotros con los abuelos y tíos que se iban turnando pero intentamos que la vida siguiera su curso.
Yo era para vosotros y los primos, vuestra “Barby” ya que me ponía pañuelos o peluca, según el día y vosotros erais mis niños.
Las Navidades del 94 las pasamos en Iruña, en casa de María Victoria. Gracias amiga porque desde el principio tu piso fue también nuestro. Primero compartiéndolo con tus hijos que tanto me animaban y luego en Navidad cuando ellos se fueron de vacaciones con los míos.
Y también ahí intentamos montar un hogar donde se vivía la ilusión y donde cada mañana íbamos a la búsqueda de un nuevo descubrimiento por la ciudad. Una noche, ya tarde, a ti, Elena, se te cayó un diente y emprendimos la carrera para dar con el “Ratoncito Pérez”. Al final lo encontramos y llevaba para ti un oso vestido de marinero. ¡Qué suerte tuviste! Pero de esta época hasta muy mayor nunca quisiste ni pudiste hablar, te era muy duro y siempre que me iba de casa, me preguntabas “Pero mamá, volverás enseguida?”
Hasta que un día viviendo en Teruel, después de ver juntas la película “4ª Planta” pudimos adentrarnos en este espinoso tema y aquí me contaste lo que pensabas, tus pesadillas teñidas de melancolía, lo que te decían tus amigas en clase o lo que se murmuraba. Es normal en un pueblo hablar de lo que le pasa a la gente aunque en ocasiones moleste. Por otra parte, es como si le ocurriese a la misma comunidad y a mí esa sensación de compartir sentimientos y sinergias comunes, creo que en el fondo siempre me ha gustado (por ti, no).
 Cuando ya fuisteis un poco mayores dejamos salir ese espíritu o sentido errante y de vagabundeaje que tenemos en esta familia, queriendo descubrir con nuestros propios ojos que el mundo es pequeño y que hay que atraparlo, porque tanto la aventura como el azar te abren caminos insospechados que siempre te hacen “crecer” y madurar. Al principio, las escapadas fueron con nosotros, luego ya solos.
Recordamos muy a menudo que tú, Elena, cuando eras pequeña te costaba dormirte por lo que te dábamos palmaditas en la espalda y cuando ya te iba a vencer el sueño, las sustituíamos por un tocho que era la “Historia de América”, actuando como una especie de “placebo” y que te ayudaba a caer rendida en la cama. Este hecho, sin duda, influyó para que América fuese tu continente predilecto y ahora también el de Rodrigo.
¿O ha sido por tu nombre? Elena, variante de Helena de Troya o por la Elaine de los romances de la tabla Redonda?, Siempre has sido una mujer árbol, audaz, valiente, que defiendes tus ideas allá donde vayas y a pesar de todos los pesares, dejando una huella imborrable en todos los que te conocen. Ir a verte a Costa Rica era palpar el cariño a flor de piel que te tenían todas las personas, sin olvidar el papel que desempeñaste en las ONGs en las que trabajaste y que te influyó para seguir tu camino actual.
Eres de las que crees en los sueños, y como te dijo Rodrigo en la dedicatoria de su tesis: “A mi hermana Elena, porque la vida es para unos pocos y ella sabe estar entre ellos”
Naciste con la luna y entre estrellas y por eso eres una mujer- LUZ.
Que nunca pierdas esa alegría y vitalidad para superar cualquier escollo.
Junto a Rodrigo, sois lo más maravilloso que nos ha ocurrido en la vida.
¡¡¡Siempre con vosotros!!!
A mi hija/o
Curaré tus heridas, aunque no me dejes.
Restañaré tu alma, aunque te irrites.
Te protegeré de todo, aunque en contra tuya.
Te cuidaré aunque protestes.
Seré el eco de tu risa
y el pañuelo de tu llanto
tu enfermera, tu escudo,
tu fortaleza, tu ángel.
Cuando me busques, siempre podrás hallarme.
Solo cuando triunfes
y recibas aplausos,
me verás retirarme.

5 comentarios:

  1. De quién es esta poesía, dedicada a los hijos, o mejor dicho a los padres.
    Es una preciosidad.

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  2. Carmen, sabes dibujar con palabras lo que muchas madres/padres quisiéramos decirle a nuestros hijos...
    Aunque ya nos conocíamos, hace 22 años empezamos nuestra amistad. Mi hija Natalia y tu primera batalla contra el "bicho"(como tú lo llamas) fueron los desencadenantes de la relación tan eztrecha que hoy tenemos...
    Doy gracias por habernos encontrado y por compartir tantos momentos contigo.
    TE QUIERO!!!!

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  3. Mari carmen, cuanto amor hay en esta felicitación.

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  4. Contestación a la pregunta sobre el poema de los hijos
    Este poema ha presidido siempre la habitación de mis hijos
    ¿Autor?
    Realmente no lo sé, ni siquiera si lo tiene. Incluso he buscado por las redes para ver si en su momento me olvidé de la autoría, pero no he encontrado nada.

    He llegado a la conclusión de que elaboré un juego de sentimientos y sensaciones materno-filiales a modo de lluvia de ideas donde plasmé mis emociones en este texto, más real y vivenciado día a día, que poético.
    Me agrada que te guste y que lo sientas como tuyo.
    ¡Muchas gracias!

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  5. También os quería dar las gracias a todas las personas que tan desinteresadamente me leéis y opináis.
    Os lo agradezco muchísimo, e incluso aunque fueran críticas negativas que me sirvieran para mejorar.
    Os deseo un estupendo comienzo de año-2017- y que este espacio sirviera como catarsis, si lo necesitamos, de vivencias y sentimientos compartidos

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