sábado, 3 de junio de 2017

Entre “descerebrados” anda el juego -V-


“Atención, siempre nos vigilan”
En 1972 hubo unos Encuentros bajo la apariencia de teatrales, en Pamplona, donde se colocaron por diferentes escenarios, lo que dio lugar a risas y enfados del público, esculturas con la técnica de un ninot fallero (muy del gusto de los dos componentes de Crónica, ya que Rafael y Manolo son valencianos). Estas esculturas trajeadas en gris, con bigote y gafas oscuras y a tamaño natural, parecen  casi auténticas en verdad,  personajes reales y sentados, controlando cada uno de tus movimientos y denunciando la falsa libertad que se le quería dar al festival navarro. "Espectador de espectadores”, les denominaron.


Me siento junto a ellos  y los observo, dan miedo.
Cómo pudieron ponerse al servicio del poder y no junto a la gente que se dejaba la piel por unas libertades dentro de una democracia.
Se pretendía así mismo desvelar la cantidad  de policías políticos-sociales que existían en esos momentos de la Dictadura. ¡Sí, esos que siempre estaban en todas las asambleas y manifestaciones de estudiantes, vistiendo de calle  aunque  sus gestos y actitud les traicionaran!
Más tarde, volvieron a repetirlos pero de dos en dos, con lo cual estas “originales figuras” han pasado a la memoria colectiva como una representación viva de lo que fue la falta de libertad de expresión y la gran censura que atenazó a España en esos lúgubres años.
También simularon la técnica del ninot en más pinturas, especialmente las relacionadas con el tema del billar. A mí la que más me impresiona de esta serie, con toda su carga de soledad e inmovilismo, es “El bosque maravilloso”, ambientado con luces y colores propios de la actividad pictórica pero con significado metafórico, donde el azar juega un papel importante en ambas, en el juego y en el creativo arte de pintar, dentro de un desamparo y abandono que hiela el alma.
El azar y el placer son simultáneos al igual que la lucha por la vida y la lucha contra la muerte. ¿Qué es más difícil anímicamente, apostar por la vida o afrontar la muerte previamente con serenidad y autoconfianza?
Atención, antes de tomar esta decisión hay que seguir viajando por lo que falta de ver y lo que se quiere repetir. Cumplir el anhelo de viajar para conocer y acceder a otras culturas. Para reencontrarse consigo mismo, para escudriñar con nuestros propios ojos que el mundo no lo puedes reducir a tu pequeño cubículo, que es grande y rico en matices y diversidades.
Como decía Julia Navarro una noche, allá por el comienzo del milenio:


Viajar es soñar.
No importa dónde ni cómo.
La aventura es salir de la carcasa de la cotidianidad.
Y esto te permite también tu viaje interior.
Todos los lugares tienen una dimensión humana cuando te acercas,
Y los sientes tuyos.
Viajar es salirse de la fila,
perderse por los recovecos aunque no sean los del circuito programado.
San Petersburgo recortada bajo  la primera luz del amanecer,
Abu Simbel bañada bajo el sol implacable de agosto,
 los frescos y acogedores despertares del Pirineo,
la esencia del frio y calor de la España  interior,
o las calles alegres de cualquier ciudad caribeña.
Da lo mismo, lo importante es mirar lo que se tiene delante,
ver, sentir…vivir
Vivir soñando,
viajar con los ojos abiertos.

  Nosotros viajábamos siempre los cuatro juntos y son los recuerdos más maravillosos que conservamos, porque no éramos padres e hijos, sino que tratábamos de formar un buen equipo que sabe organizar y hacer puestas en común.
Y aunque el lienzo al óleo de Rafael y Manolo “La habitación del hotel” nos recordase nostálgicamente a nuestro también querido y admirado Edward Hopper, con su aislamiento social en los grandes páramos desiertos, pensamos y sentimos que las habitaciones las llenábamos de risas, calor y confidencias nocturnas, las que luego tantas veces hemos rememorado.


Cuando ya empezaba la década de los ochenta, intentan recuperar la tensión teórica y cerrar la polémica por la que han venido relajándose  desde el comienzo de la Transición, esa que no convenció a muchos españoles por haber cerrado en un plis-plas las cuatro décadas de la dictadura franquista.
En el 81, Solbes muere y Manolo Valdés continúa con lo que estaban haciendo en esos momentos pero luego se separa de la trama que llevaba el Equipo Crónica para proseguir su itinerario individual con proyectos totalmente diferentes.
Por ejemplo, a  mí me parece maravillosa la “Dama Ibérica” con sus 18 m. de altura, realizada ya, solo, por Valdés y  situada en una rotonda de la Avenida de las Cortes valencianas. Elaborada con 22.000  piezas azules como el Mediterráneo, donde cada una, de 20 cm. en gres cerámico, reproduce a escala el conjunto, obra del también artista Manuel Martín, que trabajó codo a codo con el autor principal y montadas sobre una estructura metálica enorme. Con unos cambios en diferentes azules a lo largo del día según el sol la refleje, que a una le da ganas de llevarse los bocatas de “sobaquillo” muy típicos de la zona levantina e ir tomando  las diversas panorámicas en sus 24 horas. Ja, ja ja,ja…
Sé que en su momento fue también muy cuestionada, pero estéticamente es una joya artística que ahí quedará para que la futuras generaciones no olviden a estos magos del Pop-Art, paisanos suyos. Manolo Valdés la donó a la ciudad como una esfinge egipcia, expresión de su nuevo lenguaje plástico. (El País-13-2-2007)

2 comentarios:

  1. De una atacada he leído las cinco últimas entradas, las emociones se agolpan en mi cabeza y es que no estamos acostumbrados a tanta franqueza. Me siento torpe al escribirte supongo que por esos tortazos de realidad que salpican estas entradas. Desde mi humildad me atrevo a decirte que me ha gustado mucho. Un abrazo, Dámaso.

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  2. Sigo leyéndote cada día. No tengo palabras para expresar las emociones que me envuelven.Sigues siendo admirable, valiente como nadie, inteligente.... ejemplo de lucha...cuantas cosas te diría ....con todo cariño.
    Un abrazo fuerte.. a ti y a los tuyos..Pilar

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