domingo, 18 de diciembre de 2016

LA MAGIA DE LA NAVIDAD


Va cayendo la tarde por el centro, las sombras bordean los edificios modernistas dejando a la vista la impresionante forja. De repente, apagón total seguido de un cuchillo de luz que explosiona en el aire y nos deja por unos momentos fuera de lugar.
Se escuchan voces de un coro infantil, desgarros de una orquesta de cuerda, hasta el chocar del brindis junto al aroma de un chocolate con buñuelos…
- Pero… ¿No faltan aún días para Navidad?
- Sí...
- ¿No es un poco despilfarro este gasto tan puntual?
- A mí me parece muy bonito. ¡Siento la melancolía de mi niñez!
Y estas luces dan “marcha”
- ¿Marcha de qué?
- Sí, de comprar, comprar… ¡Vamos…!
- ¡Alto! ¿Ya vas a empezar? Por eso no me gustan estas fiestas! ¿Dónde está si magia y encanto?
- Sí, necesito para mi amigo invisible, sobrinos, padres… ¡Qué faenón!
- ¿¿ Y no te has planteado regalos alternativos?
- Alternativos ¿a qué?
- Esos regalos que se hacen con las manos, en los que usas tu creatividad, tu imaginación, en los que reciclas materiales caseros y, sobre todo, en los que pones una ilusión especial para que gusten.
- ¡No tengo tiempo!
- Algunos no cuestan nada. Los regalos no tienen por qué ser siempre caros o materialmente tangibles, sino imprevisibles, asombrosos, algo que nunca jamás hubiéramos esperado y que se originan, eso sí, en el corazón…
- ¿No te parece que sería maravilloso que nos decantáramos por obsequios así, como…
¿ Un frasco lleno de besos de colores o
un envoltorio de bombón con un poema dentro?
No alimenta el cuerpo pero llena el alma.
Una flor encontrada en el camino,
el rocío matutino,
las últimas caléndulas, los primeros tiempos de frutos,
una espiga de trigo,
un pan moreno elaborado en tu horno,
un pastel casero...
A mí me gustaría que me regalaran...
una mirada sobre las cosas que amas,
una tarde a solas llena de confidencias,
una piedra pulida o una concha buscada entre las olas del mar.
Agasájame con un paseo por la playa,
una canción,
una foto de tus recuerdos infantiles, o bautiza con mi nombre una estrella en el cielo.
Con un post-it de ánimo,
con una tertulia de amigos,
con un molinillo al viento,
con una pinza pintada,
o con un mensaje al levantarme cada mañana.
Regálame un secreto escondido,
un libro en blanco,
tus sueños más dulces,
una almohada rellena de ilusiones,
un whatsap de buenas noches o
un guiño oportuno.
Dedícame un objeto personal tuyo,
un regazo materno como si fuera un niño,
un achuchón,
tiempo para gastar juntos,
tu mano en mi cintura o un beso rebozado en caricias.
Derríteme el oído con palabras sinceras,
el mañana eterno de tu amistad,
un mechón de tu pelo envuelto en terciopelo,
ternura a raudales,
Besos en la bruma,
besos de mariposa,
besos tricolores en un mar de espuma.
Festéjame con un paseo contigo,
el refugio de mi desvelo
un minuto de tus sueños,
el aire que roza tus manos,
el silencio del atardecer.
¡¡Mira si hay regalos navideños!!
A mí me puedes hacer feliz con una noche de luna llena,
Los rayos del sol invernal,
un baile sabrosón o un café con sabor a complicidad.
No abras la cartera que la tienes vacía, pero si te empeñas no desprecio un masaje una cena con velas…, o hasta la ilusión de un viaje fin de semana,
jajaja...
Obséquiame con un mensaje de ánimo ante los vacíos existenciales,
con miles de abrazos reales y no “diferidos,” porque un abrazo “on line” nunca podrá ser reemplazado por uno “off line”
Pero sobre todo,
regálame tu sonrisa hecha luz, que eso me hace feliz!!
La magia de esta Navidad, sí, es la que me gusta!!

1 comentario:

  1. Si te veo te daré todos los besos y abrazos posibles y sino para empezar te deseo muy buenas noches. Cienes de Abrazos.

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