miércoles, 18 de octubre de 2017

QUERIDA CARMEN

Querida Maricarmen:
Te escribo esta carta tarde, aunque debía haberlo hecho antes, pero me queda el consuelo de creer que sabías lo que pensaba ya que alguna vez te lo dije (pocas seguramente) y hoy te lo quiero repetir.
Quiero darte la gracias, mil gracias ya que yo nunca podre agradecerte lo suficiente como fuiste conmigo y mis compañeros, como maestra, persona y amiga. Fuiste sin duda la guía de un grupo de muchachos y muchachas (como tú creo que inventaste, luego te copiaron) desde los 12 a los 14 años (aquel ciclo superior de la EGB) donde sin duda nos preparaste para la vida adulta, con tu ansia por enseñar nos obligaste a dudar, a preguntar, a no creernos todo. Nos transmitiste tu pasión por el arte, la historia, la democracia… y además de enseñarnos todos los países y capitales del mundo, de llevarnos al Prado, al Arqueológico Nacional, a casa de Likinete o a cualquier otro lugar donde creyeras que íbamos a aprender y a experimentar nos hiciste ver que eremos personas, que era nuestra obligación formarnos y prepararnos para el día de mañana y que nuestros actos y esfuerzos tendría su resultado el día de mañana. 
Hoy estoy triste por tu marcha pero contento a la vez porque sé que ya descansas y que desde donde estas cuidarás de los tuyos y además seguro que allí necesitan y aprovecharan a una mujer tan especial como tú, que igual les explique cómo se forma el congreso de los Diputados o los tres órdenes del arte griego, mientras les haces mejores a todos como hiciste con nosotros, Muchas gracias Maricarmen
Juan López Plumed

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