sábado, 29 de julio de 2017

NO VOLVERÉ A SER JOVEN

Carmen, en 1975 (Fotografía: Juan Carlos Navarro)
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
(Jaime Gil de Biedma)

4 comentarios:

  1. Adiós mi querida AMIGA, SIEMPRE TE LLEVARÉ EN MI CORAZÓN.
    EN ESTA FOTO ESTAS TAL Y COMO TE CONOCÍ, PRECISAMENTE ESE AÑO NOS CONOCIMOS....
    ME SIENTO PRIVILEGIADA Y MUY ORGULLOSA DE ELLO.
    DESCANSA EN PAZ.

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  2. Dejó una bonita huella en un teatro minúsculo. Carmen, qué pronto te has ido, me quedo con tu huella tras ella.

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  3. Siempre tú, Carmen... diempre!
    Desde lo profundo.
    Somos

    Somos
    como esos viejos árboles
    batidos por el viento
    que azota desde el mar.

    Hemos
    perdido compañeros,
    paisajes y esperanzas
    en nuestro caminar.

    Vamos
    hundiendo en las palabras
    las huellas de los labios
    para poder besar tiempos

    futuros y anhelados,
    de manos contra manos
    izando la igualdad.

    Somos
    como la humilde adoba
    que cubre contra el tiempo
    la sombra del hogar.

    Hemos
    perdido nuestra historia,
    canciones y caminos
    en duro batallar.

    Vamos
    http://www.coveralia.com/letras/somos-labordeta.php
    a echar nuevas raíces
    por campos y veredas,
    para poder andar

    tiempos
    que traigan en su entraña
    esa gran utopía
    que es la fraternidad.

    Somos
    igual que nuestra tierra
    suaves como la arcilla
    duros del roquedal.

    Hemos
    atravesado el tiempo
    dejando en los secanos
    nuestra lucha total.

    Vamos
    a hacer con el futuro
    un canto a la esperanza
    y poder encontrar

    tiempos
    cubiertos con las manos
    los rostros y los labios
    que sueñan libertad.

    Somos
    como esos viejos árboles.

    J.A. Labordeta

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