GUERRILLERAS, LA ILUSIÓN DE UNA ESPERANZA
“El pueblo que quiso ser.
“El pueblo que quiso ser.
La España que no pudo ser.”

Guerrilleras, la ilusión de una esperanza trata de lo que pudo ser, llegó a nacer
y ahora es tan solo Historia, nuestra historia no escrita, porque ni eso ha alcanzado a ser. Todavía, dice la
autora Esperanza Martínez en el Epílogo.
Aquí se habla de personas, no tan solo de paisajes, de
pueblos y ciudades ni tampoco solamente de historias, ni de mitos ni de
leyendas, hablamos de de gentes, del pueblo en suma. No es una voz más, que
surge de lo profundo del país, del paisaje, del pueblo.
Es la voz de una mujer, de una que no quiso callar, que
no se arrodilló ni para rezar, que no quiso aceptar lo que sobre ella habían
decidido otros.
Que ha vivido para
contárnoslo y si os dais cuenta, al leerlo no pretende figurar, ni regodearse
en su propio sufrimiento, sino que compone un relato de luchadoras por la
dignidad y libertad. Es especial y de sus ojos, a pesar de la edad, saltan
chispas de ilusión y esperanza
Esperanza Martínez, “Sole”, tal como se le conocía en la
lucha, estuvo en Teruel en 2011 participando en las Jornadas sobre la Memoria
Histórica organizadas por la asociación Pozos de Caudé. En ese marco nos
presentó el compendio de sus Memorias y pudimos hablar e intercambiar pareceres
con ella.
Choca la sencillez y la calidez humana que transmite. No
siente odio por lo pasado, ella sigue comprometida con la causa de que se
reconozca y se valore la aportación de las mujeres en el mantenimiento del
“maquis”. Republicanos que habían sido derrotados pero que soñaban que tras la
Guerra Civil (1939) España regresara a la democracia, especialmente al acabar la II Guerra Mundial porque Francia y
el Reino Unido rechazasen al dictador y les prestasen su ayuda, hecho que no
ocurrió así y que produjo una gran
desilusión en aquell@s que combatían contra el Franquismo recién instalado en España. De esta forma se quedaron solos,
refugiados en el monte sin ayuda exterior, lo que junto a la represión tan
fuerte que sufrieron por parte de la Guardia Civil, hizo que muchos cruzaran la
frontera hacia Francia evitando que fueran antes ejecutados o fusilados
mediante la aplicación de la “ley de fugas”.
Época de Radio Pirenaica y Radio Independiente, Esperanza
piensa que sobre su familia se cernieron
siempre los peores augurios que les hacía vivir intranquilos. El silencio era
la mejor manera de pasar sin levantar sospechas. Tanto era su sigilo que su
hermana Amancia hacía tiempo que ayudaba a la guerrilla (maquis) y nadie se
había enterado, ni la familia, incorporándose ella al saberlo como enlace “administrativo” de compras,
mensajes y de lo que fuera surgiendo. En realidad, consideraba a los
guerrilleros como su propia familia.
Tiempos duros, entre 1948 y 1849, se llevó a cabo el asalto al Cerro Moreno por
parte de la Guardia Civil, en el término de Santa Cruz de Moya, donde todavía
se siguen celebrando encuentros en la Aociación “La Gavilla Verde” para
reivindicar la memoria de todos los que
siguieron en la brecha al finalizar la Guerra Civil y que los
gobernantes de la Transición no supieron o no quisieron incluirles entre las personas que
habían defendido la Democracia sufriendo
continuamente una gran represión. Deuda
histórica que tendría que pagar el sistema democrático actual.
Ante el peligro permanente de vivir en el pueblo y
enlazar con el monte, el padre y las hijas se trasladaron a los campamentos de
la llamada Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA). Allí comprobó que
las tareas eran compartidas y no por sexo, había debates, cultura…Muchos
aprendieron a leer, a escribir y a pensar. Pero la vida era muy dura, ya que se cambiaba
continuamente de lugar, se dormía a la intemperie bajo la luna y las estrellas… Hacer fuego era
una tarea complicada porque podían ser localizados. Generalmente buscaban zonas
elevadas, de pinares y aisladas, acechándoles siempre el peligro y el miedo,
que pasó a integrarse de forma habitual en sus vidas.

Nuestro club de lectura
de la UNED aprovechó la singularidad del lugar para realizar la puesta en común de la joya literaria
“Concierto al atardecer” de Ildefonso Manuel Gil, y fue una verdadera gozada
experimentar esa tarde hasta que el crepúsculo nos despidió entre los colores
típicos turolenses.
“Sole”, una mujer fuerte y soñadora, afirma que “A pesar
de las calamidades, ello nos daba un fortalecimiento ideológico y una firmeza
para no desfallecer en aquella pelea
titánica contra la barbarie y nos animaba a seguir combatiendo por una sociedad
democrática donde la justicia fuera a la par de los derechos humanos”.
Estuvieron Esperanza y sus hermanas en el monte alrededor
de dos años, pero ante los planteamientos europeos frente al Gobierno
franquista de España, decidieron ir saliendo, como otros, por Valencia y Barcelona hacia el exilio,
hacia Francia.
En la documentación falsa que manejaba Esperanza figuraba
como Consuelo Pallarés Olivares, de
profesión, modista, pese a lo cual en Miranda de Ebro Ebro, junto a sus
hermanas, fue detenida; y a partir de aquí, su vida es como un “vía crucis” pues empieza a pasar por
diferentes cárceles, comisarías, gobernación… Esperanza detalla en sus escritos
los sufrimientos y torturas a las que fueron sometidas. A pesar de estas
situaciones, ella intentó formar espacios de creatividad y de coraje con las
otras internas manifestando su afán de
no desmayar jamás en pro de un mundo mejor y más justo.

En la cárcel la dirección pretendía borrar los supuestos
“desvíos” de las internas mientras que ellas deseaban, sobre todo, trabajar
para redimir penas porque se les acumulaban, pero también cuidarse la salud, la
dignidad y las ganas de vivir para empujar el cambio político en la España
dictatorial que estaban soportando.
Esperanza relata que cuando salió a la calle con libertad
condicional, le costó mucho tiempo adaptarse. Se encontró con un mundo que no
conocía, no tenía seguridad de movimientos, le aterrorizaba el teléfono, los
semáforos… Estas sensaciones solían ocurrir y a mi recuerdan al protagonista de
la novela “Un hombre” de Oriana Fallaci
que, después de haber luchado tanto y estar tanto tiempo preso, al salir
libre observa que sus compañeros se han
convertido al capitalismo puro y
renunciando prácticamente a aquellos periodos clandestinos donde se
forjaron en los primeros años contra el fascismo.¡ Estupendo libro.! También es
verdad que no es lo mismo leer un libro ahora que hace unas décadas, en plena
Transición, como pasó en su momento con la película “Novecento” pues el impacto
es diferente.

Al final del libro realiza alguna reflexión sobre estos
años de lucha violenta, deshumanizada y desigual.
- Afirma que no se arrepiente, que
volvería al punto de partida si se encontrase en la misma situación y que
lamenta la cobardía de los que se incorporaron a las contrapartidas,
colaboradores con las fuerzas represivas y de
guardiaciviles vestidos de paisanos, como si fueran maquis, para
despistar a los masoveros que no sabían a quién atendían cuando se encontraban
con ellos. Esta medida servía para ejercer una mayor represión contra los
guerrilleros.
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Flores en el campamento de los maquis en Tormón |
- Mientras que en Francia el colectivo
guerrillero ha sido reconocido y respetado con todos sus valores en pro de la
democracia y se le han dedicado calles, levantado monumentos…, en la España de
la Transición ni los sucesivos gobiernos, ni la mayoría de partidos políticos,
ni otras instituciones oficiales se han acordado de este movimiento a favor de
la libertad.
- Insiste Esperanza que los
supervivientes, y también los ciudadanos, tenemos el deber de transmitir a las
futuras generaciones estos hechos históricos y, sobre todo, la verdad de lo que
ocurrió.

- El franquismo no pudo concebir el
compromiso político femenino, especialmente si un compromiso contrario a la
ideología oficial, porque supone una transgresión total del modelo de feminidad
construido desde el nacional catolicismo. La mujer sumisa, reina del hogar,
obediente en todo a las normas del patriarcado. La militante política es
forzosamente una mujer degenerada, una prostituta cuya presencia en el monte
solo se justifica como barragana de los guerrilleros.
- Francisco Moreno, catedrático, señala
que “Esperanza Martínez tuvo, al menos, la suerte de salvar la vida, y con ello
nos han salvado la Memoria, nos han salvado la historia y nos han salvado el
honor y la dignidad de una lucha democrática. Que la historia y la Democracia
española les den el reconocimiento que se merecen.”
- Mercedes Yusta: “Así, el testimonio de
Esperanza, que no es solo rememoración del pasado sino combate por la memoria,
hace eco a la sexta Tesis de la filosofía de la historia del filósofo Walter
Benjamin, que murió de desesperanza en la frontera franco-española mientras
trataba de huir del acoso nazi”
Pocas personas tienen la dicha de tener escrito en su rostro la palabra dignidad.
- Esperanza, “Sole”, Es una mujer que al
aproximarte a ella, te atrae esa postura de mujer sufrida, callada, silenciada
por toda una vida de sacrificio; Sientes
que una viveza y una dignidad infinita llenan su alma porque “Resistir es
vencer”.
-
!!Gracias
Sole, por ser tan valiente!!
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