Que no haya actos masivos no le puede, no le debe, quitar el significado a esta fecha de símbolo de lucha por la igualdad por la que tú tanto bregaste, porque aún queda mucho camino por recorrer.
El covid19
no ha hecho más que sumar razones para las reivindicaciones. Con la pandemia ha
crecido la desigualdad en el reparto de las tareas y cuidados en el hogar. Las pérdidas en el
empleo que se han producido son, en un alto porcentaje, de empleos de mujeres. También se ha incrementado el
riesgo de pobreza que afecta más a mujeres que a hombres, y ha habido, y hay,
más riesgo de sufrir violencia de género en los confinamientos. Desde la
llegada de la Covid19 también está aumentando la brecha salarial entre hombres
y mujeres.
Como ves
hermana, todo esto hace que el Ocho de
Marzo sea más necesario que nunca, y el hecho de que las manifestaciones no
se realicen, no significa que no haya otras formas de denunciar estas
situaciones.
Ni los ataques
que quieren desacreditar al Movimiento Feminista, ni suspender las
movilizaciones para evitar el riesgo de contagio pueden ser amenazas para el 8M. El mayor problema sería olvidarse
de todo lo que une al feminismo, su razón de ser: la lucha por la igualdad.
Y como
siempre, querida y añorada Carmen gritemos junt@s: “Ni un paso atrás”.
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