¿Os imagináis levantarse todas las mañanas y ver la vida a través de un mar plateado,
ese que diseña el rocío en los amaneceres otoñales?
Y
contemplar cómo van progresando las flores del enebro, los últimos colores
acariciados por el sol mientras se desmaya en la tarde, que adormece, la última
floración del níspero en nuestro viejo Chomón.
Correr, andar y arrastrarse al lado
de los triforios y juníperos siguiendo su pista y conocer todo este mundo
mágico, misterioso e imprevisible para entender el mundo actual que nos rodea. Y veces atenaza, haciéndonos desconectar
de él para seguir con la ilusión de un nuevo día!
¡Qué
bonito!
¡Qué
cómodo!
¡Qué
tranquilo!
¿Sí? ¿Estamos
seguros?
Nuestro
Mr. Chance nunca ha salido de él pero nadie como Peter Sellers, masón en la
realidad, en la
famosa película ha sabido interpretar
tan genuinamente el lenguaje simbólico de lo que aprendió en los rituales de su amada Orden. Nunca ha salido de casa y
todos los datos protocolarios de su relación con las personas los ha aprendido
en la TV desde que Mario, el anciano que lo adoptó de niño como jardinero en su
casa y que luego al morir fue la esposa de un millonario (Elizabeth Eve) quien
lo rescató para su hogar.Y ya desde este nuevo refugio nos planteamos: El mundo está cada vez más loco ¿Estamos
perdidos?
¡Qué
bien! Es delgadico, rápido de leer y ameno, a la vez esperpéntico, metafórico,
satírico y con un fondo muy especial.
Casi
todos nos lo debimos haber leído“ tiempo ha”, pero ahora cobra una nueva dimensión porque se
puede extrapolar a la situación mundial en que nos encontramos y así,
aun se entiende mejor. ¿Cómo
hemos llegado a ella?
Sí al “Brexit, NO a La paz no en Colombia, Austria, Italia, EE. UU., España, la
cerrazón de la UE…
¿Hemos descuidado los gritos de
socorro de los Refugiados, de las personas hartas de tanta corrupción, de los
desencantados con ilusiones futuras a partir de un punto de inflexión y que a
todos nos pareció volver a navegar por
aguas de ilusión? Tal vez no hemos tenido en cuenta a toda esa gente que tiene
buenas razones para estar enfadada.
Hay un abismo tan grande entre el jardinero y
el mundo de las grandes finanzas que no se puede creer que caigan en las redes
de la simplicidad, pero sí, caen y en bloque.
Cuanto más se explaya en la
explicación de ramas cortadas = a políticos corruptos y aturde las mentes bien
pensantes, sabios ellos del momento, más
nos recuerda al francotirador solitario del flequillo pelirrojo que consiguió
llevar a las urnas a gente que rara vez
vota.
Perfecto candidato, según los medios
que lo ignoraron, lleno de clichés y
prejuicios, indisciplinado que repele
cuanto elogia y desprecia a los votantes que convoca.
¿Cómo se entiende este despropósito? Frente al jardinero que con su capacidad de
hablar en un lenguaje común y acerca de lugares comunes,
se interpreta como un eximio talento para comunicar problemas complejos en
términos simples. Aguda sencillez.
“Desde el jardín” Jerry Kosinski. 1971
“Bienvenido Mr. Chance” en el film 1979
Luego Chancey Gardiner por el juego
de la palabra inglesa.
A lo
largo del periplo, y quizá sin él ser muy consciente, se mofa, se ríe de los
políticos, banqueros y pseudointelectuales. Él solo, un jardinero, hablando de
las estaciones y los encandila hasta tal punto de que lo quieren hacer
presidente. Esto es una muestra de lo mucho que se oye y de lo poco que se
entiende, o de lo que cada uno quiere ver, oír o entender.
Cuánto más autista se manifiesta,
más extranjero de la realidad, mayor es la estupidez humana en torno a él.
Nuestra sensibilidad,sin duda, está con él, pues sería como el representante de la esencia
del ser humano
Como la
antítesis del mundo materialista, superficial, especulador frente al dinero y
al poder
Como
investidura de superioridad que no es real, pero está lleno de dignidad y
respeto.
¿Porque
va bien vestido los seduce?
Pues…
sí, a veces nos quedamos en eso y nos vamos llenando de prejuicios y tabúes
preconcebidos sin abrir los ojos a la razón y aprender a distinguir, yendo,
según el periodista M. Torres, a las
urnas con votos convertidos en armas
arrojadizas contra el discurso, sin concienciarnos de hasta qué punto nosotros
también tenemos responsabilidades ahí.
Nuestro hombre termina envolviéndose
a sus raíces, no al presente sino a su
huerto, a sus flores, a sus riegos diarios, para que no lo achicharren los
rayos de sol al mediodía.
“¡Qué descansada vida
La del que huye del mundanal ruido
Y sigue la escondida senda
Por donde han ido
Los pocos sabios
Que en el mundo han sido”.
“Oda a la vida retirada”. Fray Luis de León
Creo que
“Desde el jardín” es un libro para leer y analizando desde una
óptica diferente a los parámetros en los que se escribió del siglo pasado.
Este jardinero me ha recordado al de
“Cuando llega la luz” de Clara Sánchez que lleva 10 años recogiendo brazadas de
hojas y flores secas entre adelfas, palmeras y buganvillas trabajando a pleno rendimiento no por el
dinero, porque todo está abandonado,
sino por su amor a las plantas que eran
como sus hijas y tanto le dolía verlas envejecer y morir.
También me retrotrae a la estupenda
película “El jardinero fiel” (no era jardinero de profesión, sino diplomático) que
no puede salvar a su mujer, activista contra las empresas farmacéuticas con la complicidad de su gobierno, Gran Bretaña y Kenia, por la Dypraxa, un medicamento que experimentaban
para la tuberculosis pero en personas de un lugar recóndito de Kenia, poniendo
en riesgo sus propias vidas. El marido-
jardinero de vocación, investiga retoma el tema y lo continúa.
Desde mis aposentos donde se podría
situar el elixir de la inmortalidad y donde la imaginación forma una caprichosa
inspiración, me siento, como diría Saint Exupery, autor del “Principito”, al
contemplar por primera vez el desierto del Sáhara:
“Siento
y sueño con la magia de un entorno atávico hecho de océano, arena y cielo,
escenario perfecto para vivir y morir en este espléndido enclave”
Saludos a todos los compañeros,
siempre me he sentido muy libre para opinar y participar en los debates de
las lecturas, tanto a lo largo de la tarde como en el “Tercer Tiempo”,
ya que al igual que los jugadores de
rugby, así acabamos el final de la
sesión, donde cada uno da rienda suelta a las divagaciones… entre brindis y
alegría como yo ahora…
Perdón, perdón, que “me he venido arriba y se
me ha ido la pinza”, debe ser cosa del “coco”
También
es verdad que el cuento os lo sabéis todos,
y a mí lo que más me gusta es que lo que lees te dé pistas a la
reflexión presente.
Y por último…
Buena cena de Navidad y que no se os hagan la “tantas” sin estar yo.
Ja,ja,jaaa… y, permitidme un abrazo especial para nuestra estupenda coordinadora, Ana Ubé.
Y por último…
Buena cena de Navidad y que no se os hagan la “tantas” sin estar yo.
Ja,ja,jaaa… y, permitidme un abrazo especial para nuestra estupenda coordinadora, Ana Ubé.
Hola. Carmen hay que ver como te inspira ese retiro temporal que llevas. Me gusta seguirte y me.gusta lo que escribes. Un beso grande.
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