
se emocionan los tinteros:
Los negros tinteros fríos
se ponen rojos y trémulos,
Y un claro calor humano
sube desde el fondo negro.
Cuando te voy a escribir,
te van a escribir mis huesos:
Te escribo con la imborrable
tinta de mi sentimiento.
Allá va mi carta cálida,
paloma forjada al fuego,
con las dos alas plegadas
y la dirección en medio.
Ave que solo persigue
para nido y aire y cielo,
carne, manos, ojos tuyos,
y el espacio de tu aliento.
Aunque bajo la tierra
tu amante cuerpo esté,
te escribo a la tierra,
con mucho dolor y un querer.
(Adaptación de un poema de Miguel Hernández)
Serafín