sábado, 27 de agosto de 2016

TEJER EN EL HILO DE TENDER

"EDUCAR ES TEJER CON LUZ Y PALABRAS, 
UN CAMINO MÁS SÓLIDO HACIA LA LIBERTAD"

     Hoy hace diez días, el 1 de septiembre, empezó una nueva etapa en mi devenir histórico vital, 
aunque el Magisterio se lleva tatuado en la piel  y en el alma, para toda la vida.
En este cambio de estación me acompañó Hipólito Fuertes, director del IES Segundo de Chomón y compañero desde el año 1997, en que aterricé en este Instituto de Teruel, donde también estaba  mi hermana Elvira, por lo que mi carta de presentación fue muy fácil  y siempre, ella para mí, un apoyo incondicional.
     La despedida, o más bien un "hasta luego", fue lógicamente en junio y podemos decir que nos desbordaron los colegas, tanto actuales como de otro años,  donde pudimos palpar el cariño y afecto que nos tenían. Muchas, muchas  gracias a tod@s.
La noche fue de las que merecen un "bis" y de las que me gustan a mí, terminamos desayunando huevos fritos los más "madrugadores".
  Como hubo compañeros que no pudieron venir por oposiciones, nacimientos, viajes irreemplazables, o temas mil... además de saber que nos querían y eso era lo más importante, los recopilamos para la comida campera o para el vermú del día final de curso.
     Y esto que suscribo, lo puedo hacer por este medio tecnológico, porque entre los numerosos regalos y muestras de afecto recibidas, uno ha sido este Blog con que mi querida amiga de fatigas personales y profesionales me ha querido homenajear, Mª Jesús Pérez.
Gracias, gracias a las dos, porque juntas hemos divagado, proyectado y soñado, que cualquier sueño por imposible que parezca puede hacerse realidad.

La rutina del cuerpo

Si hay que elegir entre la rutina y la aventura, yo siempre hubiera elegido lo segundo, pero a día de hoy y en mis circunstancias personales, dudaría…
Porque ser aventurero, a no ser que te dediques a ello, te dura una época, unos meses, unos días… En cambio la rutina es como la salida del sol al amanecer, segura y diaria. Y mira que protestamos de ella, pero ¡bendita rutina cuando la pierdes! ¡La echas tanto de menos…!
Ella te mantiene en contacto con la realidad, sostiene nuestras vidas, nos hace olvidar la angustia vital existencialista, y te arrebujas en ella como en un paraguas en medio de la tempestad, sabiendo que así sobrevivirás. ¡¡Y yo la echo tanto de menos!!
Como decía Rosa Montero en un Semanal de hace unos años: “El cuerpo es un tirano, puedes estar haciendo planes de verano tan feliz y, de repente, el cuerpo te los fosfatina y te mete de cabeza en un hospital”.
A un proceso que no por sabido es menos agresivo y doloroso.
Qué difícil es ser prisionera de un cuerpo con una mente que vuela implacable. Al igual que un espejismo crees liberarte, pero el cuerpo insiste, te sumerge en sus entrañas, te limita la energía y te machaca el alma.
“Somos rehenes del cuerpo que nos ha tocado y con él planteamos batallas que sólo acaban cuando fallecemos”.
Y al mismo tiempo eres feliz porque tienes los mejores cuidados paliativos que existen: Esencialmente, la familia y luego todas las personas que en la distancia te quieren y apoyan.
Y también, aunque te duela la carne, estás satisfecha con ese cuerpo que tienes porque además es con el único que puedes negociar tu existencia.
“Qué grandioso este cuerpo que nos permite ver la belleza del mundo, escuchar músicas sublimes, beber y comer cosas deliciosas, besar y acariciar y amar y pasear por hermosos montes y caminos”.
Cuánto lo he disfrutado andando o corriendo, a veces sin rumbo pero con total libertad. Cuánto hemos reído, trapaleado, falaguerado, quedando con los amigos, siendo cómplices en las charradas nocturnas, maquinando sorpresas inesperadas para los hijos o el resto del clan...
Y también al cuerpo hay que mimarlo, cuidarlo y quererlo, ¿por qué no?
Por eso, aunque hoy te tenga deteriorado por la metralla tóxica, con los años me he ido acostumbrando a ti, hemos mejorado al unísono por dentro y por fuera como los buenos vinos.
Y ahora que por fin habíamos encontrado entre ambos un sutil equilibrio, ahora...
Espero que, aunque esto vaya a ser una carrera de fondo, encuentre pronto de nuevo la armonía contigo.